Hace relativamente poco que he emprendido mi camino por esta senda de las letras. Desde 2019, año en el que mi primera novela fue publicada, he ido dando pequeños pasos en pos de una meta que se encuentra en continuo movimiento: escribir mejor cada vez. Confieso que no sé a ciencia cierta qué es eso de escribir bien, pero supongo que, en parte, entenderlo supone parte del aprendizaje.
El asunto es que, haciendo mi camino, me he encontrado con muy agradables sorpresas en forma de apoyos y he encontrado una comunidad de compañeros que me han brindado su sincera ayuda siempre que la he necesitado. Lo que no había encontrado hasta el momento era una comunidad lectora fuera de las redes sociales; un grupo de lectores que se preocuparan por mi obra. Pero dicen que siempre hay una primera vez, y no puedo estar más contento con cómo se ha desarrollado.
Fue en el CEIP Carlos Sainz de los Terreros, en Madrid, y fui invitado por su club de lectura para charlar un rato sobre «La espera». Para empezar, que el club de lectura sea de un colegio público me hizo mucha ilusión, y que la obra elegida fuera «La espera» me terminó de cautivar ya que este relato es para mí una obra especial.

Fueron casi dos horas de conversación agradable acompañadas con café y una deliciosa tarta. La sensación que tuve en todo momento fue la de estar en un ambiente que me era familiar y con una compañía de lo más grata; supongo que por eso los nervios que llevaba desaparecieron nada más poner un pie en la biblioteca del colegio, que es donde se desarrolló el evento. Disfruté intentando resolver las dudas de las lectoras y con las apreciaciones que hicieron sobre la obra. Es realmente enriquecedor saber de primera mano qué les ha gustado y qué no a los lectores. Todo eso por no hablar de la inyección de moral que da saber que tu obra es leída y apreciada, lo cual —os amenazo— me lleva a confesar que volveré con más entregas de las aventuras de Jim Dyson y con nuevas novelas que ya estoy escribiendo.
Como colofón, me hicieron entrega de un libro de regalo: Así en la tierra (Cuadrilátero de libros, 2013), de Marçal Sarrats, que trata sobre las vicisitudes y la lucha del cura Enrique de Castro desde su bastión de la Iglesia de San Carlos Borromeo, en el madrileño barrio de Entrevías. Después, tuve el honor de firmar el azulejo del autor, que queda en la biblioteca como recuerdo del precioso encuentro.

Para terminar esta entrada, sólo me queda agradecer al club de lectura del CEIP Carlos Sainz de los Terreros la oportunidad que me han dado a mí y a mi obra y la magnífica tarde que me hicieron pasar. Siempre estará en mi corazón esta primera vez, la primera vez que me invitaron a un club de lectura.