Hoy se cumple un año de un acontecimiento muy especial para mí: la presentación de «Y una moto negra». Obviamente, para todo escritor, publicar su primera novela es un acontecimiento digno de recordar, por eso yo quiero hacerlo escribiendo esta entrada en esta Columnata.
Como digo, fue un día realmente bonito para mí, ya que suponía un hito en mi carrera —espero que larga y fructífera— como escritor. Fue la culminación de un largo periplo por las procelosas aguas del crowdfunding editorial. Es cierto que el barco en el que me movía (libros.com) y la tripulación (Guillermo Escribano, Miguel García, Patricia Casal…) eran inmejorables, por su experiencia en el mundillo y por su dedicación, que ha sido excelente. Pero hoy no voy a hablaros del micromecenazgo, ya habrá tiempo para eso. Hoy quiero hablar de aquel día: El día de la presentación de «Y una moto negra»
Para cualquier escritor, una presentación de su obra es un evento especial; obviamente se convierte en algo más especial todavía cuando es tu primera novela. Teniendo en cuenta el año que era, el terrible 2020, tuve suerte de poder celebrarla de manera presencial, rodeado de la gente que había apoyado el proyecto y que había confiado en mí. Yo diría que éramos los justos, teniendo en cuenta la gente de fuera de Madrid que había apoyado el proyecto y que no pudo venir. El escenario se dispuso en las oficinas de la editorial Libros.com, en la calle Eduardo Benot, cerca de la estación de Príncipe Pío. Ver expuestos en las paredes los ejemplares de mi novela me produjo una sensación especial, de sueño realizado.

Fue una charla amena, creo yo, en la que me sentí muy cómodo y menos nervioso de lo que yo pensaba [Tenéis una pequeña crónica en el perfil de Medium de la editorial pinchando aquí.] Hablar de mi novela resultó para mí más fácil de lo que me esperaba. No deja de ser cierto que estar rodeado de caras amigas lo hizo todo más sencillo. Tengo en la memoria, como reflejos, las caras de los que me acompañaron, algunas sonrisas y expresiones que yo tomé por orgullosas, o al menos contentas, de verme allí, hablando de algo que me entusiasma.

Al finalizar la charla, y el breve turno de preguntas, llegó el momento de las firmas. Eso sí que me resultó difícil. No es sencillo encontrar las palabras adecuadas para las dedicatorias, aunque es más sencillo cuando conoces personalmente a la persona a la que se lo dedicas. Aún así, me es imposible trasladar a cada dedicatoria lo feliz que me hicieron todos y cada uno de los apoyos y todos y cada uno de los que allí me acompañaron en una tarde muy fría de enero de 2020, de la que hace ya un año.

En el capítulo de los contratiempos, uno que me pesa especialmente y del que no sé cuándo me voy a poder resarcir. Se trata del apartado de fotografías y se refiere a una que me falta, por absoluta estupidez del autor de esta entrada. Me declaro culpable y pido disculpas desde estas líneas. Lo siento, Pablo Poveda, por no inmortalizar tu apoyo en una foto para la posteridad. Te pido mil disculpas, lo hablaremos en persona tan pronto como nos sea posible, seguro.
Después de este balance, sólo puedo decir que estoy encantado con el resultado de lo que sucedió aquel jueves 16 de enero de 2020 en el que mi primera novela fue presentada en sociedad. No puedo terminar esta entrada sin agradecer a todos los que confiaron en mi proyecto y, especialmente, a todos los que estuvieron allí haciéndome compañía.
GRACIAS.
Hola Enrique.
En primer lugar Muchísimas FELICIDADES por este aniversario.
No pude asistir a ese acto porque me cogía lejos, no me gusta viajar y, seguro, porque seré «mu lacio». XD
No, en serio. si hubiera sido más cerca lo habría intentando.
Fui uno de los mecenas de tu crowfounding y no me puedo sentir más orgulloso después de haber leído «La Moto Negra». La lectura siempre ha sido mi pasión y cuando un libro me deja muy buen sabor de boca me hace feliz. Como lo hizo tu libro.
Desde mi otro punto de vista, la escritura, me alegra mucho haber ayudado mínimamente a tu primera publicación. Soy conocedor de lo tremendamente difícil que es crear un historia y luego publicarla. Yo aún sigo en ello y me cuesta un mundo cada página. Por eso, el que tú lo hayas podido conseguir se merece un tremendo aplauso y animarte a que sigas en ello. Por tu ilusión, por tu talento y porque haces feliz a la gente con tus escritos.
Sigo teniendo a «La Espera» en espera, porque estoy teniendo noches complicadas de lectura, pero está a mi laito, junto al sillón de leer. Últimamente me está costando bastante abrir un libro y concentrarme en su lectura. Son tiempos complicados y la mente anda a la deriva. Esperemos que esta tormenta amaine y nos permita relajarnos y centrarnos en nuestras cosas.
Un abrazo enorme y ojalá muchos aniversarios más.
P.D. También leí «El Poder De Las Palabras» y «La Batalla De Las Vías Del Tren» y creo haberlas comentado en LEKTU, sin embargo, no he podido encontrar sus fichas.
Hola, Jose.
Tus comentarios siempre suponen un subidón de ánimo.
Si tienes constancia y le pones pasión seguro que consigues que esa novela salga adelante. Sabes que cuentas con muchos apoyos dentro de este mundillo, el mío el primero. No temas preguntar y pedir consejo, hay mucha gente con ganas de ayudar. ¡Dale duro!
Sobre los relatos de Lektu, de momento los he retirado hasta que sepa exactamente qué hacer con ellos.