David Gómez Hidalgo
Nueva firma invitada en el blog. Es un nombre reconocido en el mundillo de las letras independientes que tenemos en Internet. Su seguimiento de las diferentes ediciones del Premio Literario Amazon ha hecho que su podcast (Cruce de Caminos) sea un referente a la hora de saber qué se cuece en los meses del certamen. Añade a su faceta de lector y conocedor del mundillo editorial independiente, una faceta de escritor que nos deja textos muy personales y profundos. Como muestra tenemos su novela «Bajo el eucalipto». Una obra intimista y arriesgada en la que David demuestra muy buenas maneras. Espero que no tarde mucho en volver a darnos píldoras de buena literatura. Para eso tendrá que dejar aparcado alguno de los mucho proyectos que siempre se trae entre manos, como ese podcast sobre ciclismo (Ciclismo de ayer y de hoy) que lleva junto a Jordi Martínez.
En lo personal, tengo el orgullo de decir que David es un amigo al que tengo que agradecer que me ayudara a dar mis primeros pasos en esto de la literatura. Para que os hagáis una idea, hay una entrada en mi blog dedicada a nuestro primer encuentro en persona. (Pulsa aquí para leerla)
Aquí os dejo la entrada que nos regala David que trata de un tema que yo desconocía, la verdad. Ya me diréis qué os parece.

Knolling literario
(o cómo promocionar tu novela de forma creativa)
¿Sobre qué podría escribir?, le pregunté a mi pareja. Enrique me ha pedido un artículo para su web y me está costando encontrar un tema, así, un poco diferente.
Sobre el Knolling literario, me dijo, y al instante se me encendió un interrogante sobre la cabeza y mi cara mudó a forma circunstancial.
El inglés nunca ha sido mi fuerte y supuse que alguna cosa tendría que ver con su traducción. Total, que me fui a Google, puse el traductor, escribí Knolling y su respuesta fue Knolling. Muy bien, me dije a mí mismo. Ni Google sabe lo que es.
Perdona, cariño. ¿Me puedes explicar con tus palabras qué es eso del Knolling literario?
Ese fue el comienzo de una agradable tarde de invierno en el que viajamos por diferentes Knollings literarios y la verdad es que me gustó como contenido para promocionar una novela de forma creativa y por eso ahora estás leyendo estos párrafos
Y es que un Knolling literario es una variante de las naturalezas muertas, algo así como un bodegón cenital, ya que es una técnica fotográfica que consiste en sacar una fotografía cenital de una serie de objetos elegidos expresamente y escrupulosamente ordenados.
Ha quedado como muy rimbombante, pero seguro que alguna vez has hecho una fotografía de todos los elementos que utilizarás para hacer un rico plato de cocina. Eso sería una buena aproximación.

Lo sé, no os estoy contando nada nuevo, pero es que ahora mismo se está poniendo bastante de moda entre los influencers en redes sociales. El auge del comercio electrónico y sobre todo de los anuncios o demostraciones desde redes sociales está haciendo que muchos se estén poniendo las pilas en Knolling para promocionar sus libros, sus historias.
Permitidme un momento para explicaros de dónde proviene la palabra Knolling y por qué Google no la supo traducir.
En los años 80, un empleado de un estudio de arquitectos, harto del desorden reinante en el lugar, se puso a ordenar sobre una mesa las piezas de una colección de sillas que estaban diseñando para la empresa Knoll.
Aquella organización en función del uso, forma o tamaño de los elementos que formaban las sillas se convertiría en un método que empezarían a utilizar para el ensamblaje y fabricación de productos de una forma más eficaz. Seguro que alguna vez has montado algún mueble de una gran empresa sueca y te habrás peleado con las instrucciones en las que habrás encontrado uno de esos dibujos que inspiraron el Knolling.
Por cierto, supongo que no se te ha pasado por alto el nombre de la empresa para la que estaban haciendo las sillas Knoll. ¡Hey, Google!

Ese fue el inicio, pero tuvieron que pasar unos años para que se le buscara una utilidad artística, que es de la que estamos hablando y la que como escritores nos interesa.
En la actualidad podríais encontrar manifiestos para hacer un buen Knolling. El más famoso se llama “Always Be Knolling” de Tom Sachs, que se basa en cuatro principios.
El primero: busca en tu entorno materiales, herramientas, libros, música, etc…que no se estén utilizando.
El segundo: desecha todo lo que no esté en uso, pero si no estás seguro no lo guardes.
El tercero: agrupa todos los objetos que tengan similitudes.
El cuarto: alinea todos los elementos en ángulo recto, bien sea sobre la superficie en la que estaban o en tu propio estudio.
Podéis seguir esos consejos o dejaros llevar basándose en los consejos anteriores y la intuición. No es cuestión de hacer un máster y sí de promocionar nuestro libro de forma efectiva y creativa.

Fijaros en la fotografía anterior: ¿qué os sugiere? ¿Os estáis imaginando la historia? Seguro que os hacéis una idea de lo que podéis leer. Otra cosa es que os guste más o menos la historia, pero creo que se cumple aquello de vale más una imagen que mil palabras.
Otras cuestiones que, creo, deberían ser tenidas en cuenta serían los colores. Muy interesante la combinación de ellos para resaltar, para golpear a quién se encuentre con nuestro Knolling.
También la luz a la hora de hacer la fotografía. Podemos jugar con ella para conseguir diferentes efectos.
Y muy importante, un buen trípode os puede ayudar a hacer las mejores fotografías.
Ahora toca pensar en vuestra historia. ¿Qué elementos son necesarios para explicarla? Haced una buena lista de ellos. Clasificarlos y ordenarlos. Buscar un buen sitio para distribuirlo y fotografiarlos. No os olvidéis de poner vuestro libro en la composición.
Sería como hacer una sinopsis, pero visual. Incluso podría ser más potente que una sinopsis si sabéis encontrar aquellos elementos que impacten en el ojo del posible lector y que creen la curiosidad en él.
Está claro que la vida de un libro no se acaba al escribirlo y que el Knolling puede ser una forma más de seguir dándole vida a vuestras historias y hacerlas llegar a los lectores.